La 'spin off' Iqua Robotics celebra su segundo aniversario con un balance positivo

21/12/2018

Parc Científic i Tecnològic de la Universitat de Girona

Iqua Robotics celebrará este mes de octubre su segundo aniversario con un balance positivo: cinco contratos de venta de sus robots submarinos y más de un millón de euros de facturación

Los primeros pasos siempre son difíciles para las empresas de base tecnológica pero esta spin-off de la Universidad de Girona (UdG) está teniendo una buena acogida en centros de investigación o universidades que necesitan equipos ligeros, eficientes y autónomos en el estudio y exploración de fondos marinos.

"La demanda de este tipo de robots es baja pero el mercado es mundial, y ya hemos contactado con clientes de Israel, Alemania, Reino Unido y Corea del Sur", explica Marc Carreras director general y socio fundador de Iqua Robotics .

"Nuestro proyecto surge de muchos años de trabajo en el laboratorio de investigación en robótica submarina del instituto de Investigación en Visión por Comupatador y Robótica, VICOROB, de la UdG, y tiene el objetivo de facilitar la comercialización de este conocimiento ", explica Marc Carreras, impulsor de esta iniciativa empresarial con Pere Ridao, ambos profesores de la UdG y investigadores del VICOROB.

La nueva empresa tiene como socia la misma universidad con el objetivo de valorar los resultados de proyectos llevados a cabo en uno de sus institutos más avanzados.

Los dos primeros equipos desarrollados por los expertos del laboratorio de investigación en robótica submarina, y ahora comercializados por esta spin-off de la UdG, son los robots o vehículos autónomos submarinos Girona 500 y Sparus II.

"Son como drones, pero, en vez de volar, están preparados para la exploración submarina, y en nuestro caso son vehículos con unas capacidades de maniobra e inspección más elevadas que otros equipos comercializados", indica Carreras.

Los dos submarinos de Iqua Robotics disponen de propulsores de alto rendimiento y tienen una gran capacidad para integrar varios tipos de sensores, lo que deja abierta la posibilidad de que en el futuro integren brazos robóticos er a manipular o recoger objetos al funde marino.

En ambos casos se trata de vehículos diseñados para registrar datos y hacer inspecciones del fondo marino para aplicaciones científicas, medioambientales, arqueológicos, industriales y de seguridad. A parte del equipamiento básico, Iqua Robotics ofrece la posibilidad de adaptar en cada modelo los instrumentos que necesiten, como cámaras, sensores para medir las cualidades del agua o equipos de sonar.

El Sparus II es el modelo más compacto y fácil de transportar, preparado para trabajar hasta 200 metros de profundidad. Su estructura tiene la forma de un torpedo, con 23 centímetros de diámetro y 1,6 metros de largo, y con un toda de 52 kilogramos de peso.

El Modelo Girona 500 pesa unos 200 kilogramos y está formado por tres estructuras en forma de torpedo con unas dimensiones totales de 1x1x1,5 metros. En este caso, el vehículo submarino está preparado para trabajar hasta los 500 metros de profundidad.

Iqua Robotics tiene su sede en el edificio Centro de empresas Giroemprèn, y en su primera etapa de funcionamiento trabaja con recursos económicos propios: de momento no se ha planteado ninguna ronda de financiación.

"Los dos primeros años nos hemos centrado en industrializar los dos vehículos iniciales, con el objetivo de hacerlos más robustos y adaptarlos mejor a los clientes potenciales", destaca Marc Carreras.

El año entrante la empresa también trabaja en nuevos diseños propios y en la ampliación del tipo de clientes a los que dirigimos nuestra oferta.

"Hasta ahora nos hemos dedicado a centros de investigación científica y universidades, pero pretendemos abrir nuestra oferta a las empresas que tienen en proyecto submarinos, que también requieran equipos de mayor tamaño", explica el director general de la empresa Iqua Robotics .

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