Un nuevo grupo de investigación de BCBL estudiará cómo el cerebro infiere la realidad

24/04/2024

Parque Tecnológico de Euskadi - Campus Donostia

El equipo, liderado por el investigador Ikerbasque Alejandro Tabas, se enfocará en explicar la «inferencia perceptual» del lenguaje hablado

Conocer los mecanismos y conexiones neuronales detrás de este complejo proceso puede tener implicaciones sociales y clínicas

La inferencia perceptual es el trabajo silencioso que realiza el cerebro para dotar de un significado estable y robusto a la información sensorial ruidosa e incompleta que nos rodea. Comprender este complejo proceso y los mecanismos neuronales involucrados es una cuestión fundamental de la neurociencia del siglo XXI.

Con el objetivo de profundizar nuestro conocimiento en este campo, el Basque Center on Cognition, Brain and Language (BCBL) cuenta desde este año con un nuevo grupo de investigación liderado por el investigador Ikerbasque Alejandro Tabas.

«Los seres humanos no tenemos acceso directo a la realidad que nos rodea. Todo lo que experimentamos son representaciones internas de esa realidad. Comprender el proceso que transforma lo que nos llega a los sentidos en esas representaciones nos acercará un poco más a esa realidad inaccesible y nos ayudaría a entender hasta qué punto nuestras representaciones internas reflejan lo que nos rodea», explica Tabas.

En una conversación, por ejemplo, el cerebro infiere conceptos que trabajan a escalas temporales diferentes: desde los milisegundos que dura el fonema que pronuncia nuestro interlocutor, hasta los minutos que podemos tardar en entender el tema del diálogo, pasando por los segundos en distinguir el acento o escuchar la frase completa. «Estos procesos están interconectados y son indispensables para saber, por ejemplo, si la frase ha de interpretarse de forma irónica», añade el experto.

El nuevo grupo impulsado por el centro de investigación tiene como uno de sus objetivos más ambiciosos explicar la inferencia perceptual del lenguaje hablado.

«La opinión mayoritaria en el campo es que la inferencia se desarrolla en las áreas del cerebro dedicadas al procesamiento abstracto: en la corteza cerebral. Nuestro grupo, sin embargo, defiende que los procesos de inferencia son omnipresentes en el cerebro sensorial. Principalmente, creemos que las etapas subcorticales, que son las únicas capaces de operar a escalas temporales de milisegundos, son cruciales para inferir el lenguaje hablado», destaca el líder del nuevo grupo de BCBL.

Aplicaciones sociales y clínicas

Comprender los mecanismos cerebrales involucrados en la inferencia perceptual puede tener, según Tabas, diferentes aplicaciones sociales y clínicas.

En el primero de los casos, contar con una base científica sobre este proceso puede ayudar, con las técnicas adecuadas, a abandonar discursos de pensamiento único y poco inclusivos y a adoptar una actitud más tolerante hacia otras culturas.

«Para inferir lo que nos rodea, el cerebro hace uso de lo que hemos aprendido durante nuestra vida. Por esta razón, es un proceso inevitablemente subjetivo y da lugar a sesgos cognitivos que son dañinos para la convivencia y la democracia. Comprender cómo la historia personal de cada individuo afecta a su percepción de la realidad nos ayudaría a diseñar estrategias para mitigar estos sesgos y nos proveería de una base científica para entender por qué personas de diferentes trasfondos culturales tienen creencias y formas de ver el mundo tan diferentes», explica el investigador.

Asimismo, este conocimiento sobre cómo el cerebro infiere el mundo sensorial es también un prerrequisito necesario para entender las condiciones clínicas en las que falla.

«Las alucinaciones características de la psicosis y la incapacidad para distinguir ciertos grafemas y fonemas, que afectan a personas con dislexia, son ejemplos clásicos de inferencias fallidas», precisa Tabas.

Para responder a estos retos, BCBL se encuentra en búsqueda de perfiles predoctorales y postdoctorales que completen el equipo liderado por Alejandro Tabas.

Por un lado, el grupo necesita personas con formación matemática y de modelaje, que hayan estudiado, por ejemplo, inteligencia artificial, física, matemáticas, estadística, informática o ingeniería, y que tengan interés demostrable en comprender el cerebro humano; y, por otro lado, personas con formación neurocientífica cognitiva, que hayan estudiado, por ejemplo, neurociencia, biología, ciencias cognitivas o psicología experimental, que tengan interés en modelos computacionales y les apetezca expandir su base matemática.

Toda la información sobre los procesos de selección abiertos está disponible en la sección de ofertas de empleo de la página de BCBL.

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