Una estrategia para construir la España “inteligente”

30/10/2018

Parque Científico Universidad Carlos III de Madrid

Directivos de IBM, TheLogicValue, Guardio y Grupo CMC piden junto a investigadores del CSIC y la UC3M acceso a datos, educación y una regulación actualizada

Aún estamos a tiempo de diseñar una estrategia como país para la inteligencia artificial (IA). Pero hay que tener la voluntad de diseñarla, como están haciendo otros, y hay que perfilar dos aspectos clave: la disponibilidad de los datos, deficiente en España, y la regulación de la responsabilidad. Estos fueron los ejes del Foro Innovadores sobre Inteligencia Artificial organizado junto a la Fundación Pons, en el que Javier Valencia, vicepresidente Cloud IBM España, anunció la inminente apertura en Madrid del IBM Cloud Garage ubicado en el Barrabés Growth Space.

El Foro Innovadores en la Tercera Revolución Digital es una iniciativa del suplemento INNOVADORES by Inndux y de la Fundación Pons en el que colaboran el CSIC, PONS IP, el Parque Científico de la Universidad Carlos III de Madrid, Fundación para el Conocimiento madri+d y el Consejo de Fundaciones Para la Ciencia. Su objetivo es abordar los desafíos que plantea la actual transformación tecnológica en un espacio de diálogo en el que participen representantes de la economía, la ciencia y la sociedad.

El grupo de investigación de inteligencia aplicada de la Universidad Carlos III, que dirige José Manuel Molina, sabe bien, gracias a su trabajo con Administración y empresas, que la IA no se limita a instalar un software. Es compleja como la vida misma. «No sé muy bien cómo se mide la inteligencia artificial… la natural, tampoco. Al menos el sistema nos debe parecer inteligente, supongo que por eso todos los interfaces hablan», afirma. 

Uno de sus proyectos ha consistido en diseñar un modelo equitativo de distribución de fondos entre barrios de Madrid. «El problema era compaginar un conjunto de índices donde la gente tiene opiniones muy diversas. Había que conseguir un algoritmo capaz de generar una opinión conjunta. La objetividad en la IA es complicada, porque o bien depende del criterio del experto que mete los parámetros, o de los datos. Puedes hacer 'trampas' al sistema», dice Molina. 

La startup Guardio ayuda a combatir el acoso escolar en las redes. Según su fundador, Pablo Elosúa, «el potencial para otros ámbitos es tremendo. Estamos todavía en pañales, es parecido al blockchain. Para tareas concretas la IA puede funcionar perfectamente, pero cuando tienes contexto la cosa se complica. El ejemplo perfecto es el del coche autónomo que no es capaz de incorporarse en la autopista porque hay mucho tráfico. Hay que poner los pies en la tierra».

El responsable del Grupo de Neuro-Rehabilitación del CSIC, José Luis Pons, insta a convertir a la IA en una cuestión de Estado. «Echo en falta políticas estratégicas que primen ciertos sectores, como logística, banca o medicina, que a nivel de país se unan esfuerzos para hacer desarrollos. La IA es completamente horizontal, allí donde haya necesidad de personalizar servicios y productos tiene cabida. Pienso en los esfuerzos que se hicieron en Corea en los años 50 y 60 para apostar por la industria de consumo que ha traído como consecuencia los gigantes tecnológicos de hoy en día». 

Para el CEO y cofundador de TheLogicValue, Lorenzo García, la palabra fetiche es 'patrón'. «En la industria financiera, para sacar patrones necesitas millones de datos. Que España no tenga grandes empresas que controlen los datos financieros es un hándicap. No podemos desarrollar una economía de sacar patrones e IA en un país dependiente de datos financieros de Bloomberg, Reuters y Suiza».

Lo mismo sucede en el ámbito de la medicina, apostilla José Luis Pons. «Llevamos años intentando generar bases de datos con información de los hospitales de Madrid para desarrollar algoritmos de predicción, diagnóstico o tratamiento». 

En el sector privado, muchos sectores se centran ahora en proteger su core e incorporar capas de IA periféricas, porque «no hay IA generalista, no hay un chatbot al que le pueda preguntar cualquier cosa», afirma Juan Francisco García, director de big data y advanced analytics del Grupo CMC.

El ámbito de recursos humanos quizás sea uno de los más accesibles en ese sentido. ¿Cuál es el futuro del trabajo con la IA? «Se están transformando los puestos de trabajo y los roles y las capacidades que vamos a necesitar. Existe el dilema sobre el efecto de la IA en la creación y destrucción de puestos de trabajo. Las compañías tenemos la obligación de anticiparnos a esa realidad e ir de la mano del sector público, seguir incentivando los estudios en ingeniería, ciencia, matemáticas, acercarnos a los colegios. Las nuevas generaciones tienen un papel fundamental, porque el reto será cumplir con sus expectativas, con la inmediatez, con la capacidad de cocrear, con la transparencia», sostiene Pilar Pons, directora de RRHH de IBM.

Otro de los grandes debates actuales que dividen a los expertos es el momento oportuno para regular la IA. «El foco es distinto en función del problema que se quiera tratar», afirma José Manuel Molina. El ámbito laboral «deberá tener sucesivas adaptaciones legales hasta el infinito, porque no creo que paremos nunca de evolucionar». Y en cuanto al uso de la tecnología para determinadas acciones, «como los drones que bombardean, la IA tampoco tiene mucho que decir, no es mala ni buena, deberá haber una legislación para personas, no para máquinas».

El problema surge cuando el sistema artificial actúa con autonomía. «Siempre tiene que haber un responsable. A las máquinas no se les puede cortar la cabeza y eso no es nada práctico», apunta el catedrático de la UC3M. ¿Quién asume la responsabilidad?

Ya hay profesiones en las que la máquina es el jefe. Pilar Pons no cree que una máquina nos despida en el futuro. «Hay funciones que nunca va a hacer una máquina y que se tienen que dejar a la persona. Otra cosa es que los humanos tengamos más información, se nos aumente nuestra capacidad y tengamos más ayuda. Pero es siempre una combinación de máquina y hombre». 

Otra de las grandes tendencias asociadas a la IA está siendo la integración de disciplinas ajenas al software y al mundo TIC. José Luis Pons explica que «en el ámbito de la neuro-rehabilitación intentamos que una persona que tenía un trastorno neurológico revierta esa situación. Esto nos permite ensayar nuevas estrategias de IA porque tenemos el modelo más complejo que podamos encontrarnos. En este ámbito es clásico hacer análisis de datos masivos que pueden venir del sistema nervioso central para ayudar al diagnóstico y predecir la evolución de esa persona, que luego se pueden aplicar a muchos otros campos».

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