Hace dos años y medio que se encuentra en la dirección de la Fundación Parque Científico Tecnológico Aula Dei. ¿Cómo ha sido su experiencia durante este tiempo? ¿Qué proyección ha marcado para la organización y su desarrollo actual?
Me considero afortunado por haber llegado al PCTAD en un momento de gran ebullición innovadora en el sector agroalimentario, lo que amplía de forma natural nuestras posibilidades de trabajar en proyectos de interés para las empresas y productores.
Las prioridades estratégicas en este periodo, de acuerdo con las directrices marcadas por nuestro Patronato –que tiene una amplia representación institucional y también del sector empresarial-, vienen siendo el apoyo a la promoción y la transferencia de los centros de investigación ubicados en el Campus Aula Dei; asegurar la sostenibilidad económica de nuestra organización; y, ante todo, ser útiles como agentes de innovación para las empresas y entidades del sector agroalimentario aragonés, sin renunciar en absoluto a trabajar, como así hacemos, con entidades de otras comunidades y países.
Como entidad pura de transferencia, tenemos la obligación de mostrar la disponibilidad y agilidad que las empresas reclaman y ser capaces de funcionar como la extensión de su departamento de I+D, cuando lo tienen, o ser directamente su instrumento de innovación cuando carecen de él, que es lo más habitual.
La Fundación Aula Dei está en activo desde octubre de 2006, ¿cómo trabaja la Fundación en el entorno del Parque Científico Tecnológico Aula Dei? ¿Qué servicios ofrece a las empresas que conforman el parque y a las posibles futuras integrantes?
Nuestro proyecto ha tenido desde su inicio la singularidad de nacer para acompañar el trabajo de un campus científico plenamente consolidado y con un altísimo nivel de especialización en la investigación y la docencia de posgrado sobre temas agroalimentarios y medioambientales. En Aula Dei hay ocho centros distintos –de carácter regional, nacional e internacional- con más de quinientos empleados. La Fundación se creó para apoyar y promocionar el trabajo del que es uno de los polos de I+D agroalimentario más importantes de España y, por supuesto, para favorecer la transferencia de todo ese conocimiento al sector productivo.
Ese trabajo lo hacemos fundamentalmente prestando servicios de innovación a las empresas y entidades asociativas del sector. Bien sea por contratación directa o gestionando su participación en proyectos de financiación competitiva a nivel regional, nacional o europeo, ya que tenemos una buena experiencia en convocatorias del Programa de Desarrollo Rural regional y nacional, RETOS, CDTI, LIFE o Interreg. Esto nos permite a día de hoy estar trabajando, por una u otra vía, con más de cincuenta empresas a las que ayudamos en su esfuerzo de innovación.
Como Parque, evidentemente, tenemos también el objetivo no solo de trabajar con las empresas sino de favorecer su implantación en el entorno de Aula Dei. Para ello contamos con espacios disponibles en los polígonos industriales de San Matero de Gállego y de Ejea de los Caballeros. No obstante, somos conscientes de que nuestra misión en este ámbito tiene que enfocarse ante todo en la creación de nuevas empresas agroalimentarias de base tecnológica. El impacto de la crisis ha limitado mucho nuestra actuación en este campo durante los últimos años, pero ahora estamos retomando con fuerza este objetivo y vamos a lanzar pronto un nuevo proyecto de alto interés.
Las empresas que forman parte del Parque Científico Tecnológico Aula Dei pertenecen en gran medida al sector agroalimentario. ¿Qué valor diferencial pueden ofrecer a empresas de dicho sector para que decidan instalarse en vuestro parque?
Nuestra propuesta de valor para las empresas es inequívoca: la oportunidad de trabajar cerca de uno de los polos de I+D agroalimentario más relevantes del país. Y hacerlo, además, en una región en la que la industria agroalimentaria está experimentando un intenso crecimiento, para lo que cuenta con bazas que aseguran su desarrollo a medio y largo plazo.
Hace unos meses conocimos la noticia del proyecto de incubadora tecnológica del sector porcino que se instalará en vuestra sede. ¿Podría contar más sobre este proyecto innovador?
Éste es el proyecto al que me refería anteriormente. Se trata de Porcinnova, una aceleradora de empresas de alta tecnología para el sector porcino. Forma parte de la red de incubadoras de alta tecnología promovida desde Fundación INCYDE a nivel nacional y que cuenta con financiación europea del FEDER. Nuestro proyecto ya está en pleno desarrollo y la aceleradora empezará a funcionar durante el primer trimestre de 2019.
Nuestro objetivo es ayudar al crecimiento de nuevas empresas que trabajen con soluciones tecnológicas innovadoras para el sector porcino, que es uno de los puntales del sector agroalimentario español y en el que nuestro país es una potencia internacional. El interés de esta incubadora es que se va a hacer con una participación activa de las principales empresas del sector, lo que garantiza el mejor asesoramiento y guía posibles para los emprendedores. Por otro lado, se trata de una vía muy eficaz para incorporar de forma rápida la innovación a las grandes empresas. La aceleradora estará ubicada en Ejea de los Caballeros, cuyo polígono forma parte del ámbito del PCTAD, si bien el alcance del proyecto será nacional y europeo.
Desde APTE hacemos hincapié en el desarrollo de nuevas tecnologías disruptivas como Blockchain, Inteligencia Artificial, Realidad Virtual, etc. como eje primordial para el desarrollo empresarial. ¿Qué tecnología disruptiva considera que es – o será a corto plazo – protagonista en el entorno de emprendimiento e investigación en el entorno de su parque?
La tecnología siempre termina sorprendiéndonos con desarrollos que nadie, salvo algún visionario, había previsto. Pero no parece arriesgado decir que en el sector agroalimentario Big Data y Blockchain son dos apuestas que van a tener con seguridad mucho impacto.
La multiplicación y abaratamiento de las fuentes de datos en el proceso productivo mediante dispositivos de sensorización remota exige ahora herramientas que sean capaces de transformar el Big Data en mejoras de productividad, mejora de vida útil de los productos, logística inteligente, etc. En cuanto al Blockchain, parece la tecnología mejor posicionada ahora mismo para atender el que quizás sea el principal reto del sector agroalimentario a la vista de las nuevas pautas de consumo: la trazabilidad. Una trazabilidad que proporcione información segura y confiable al consumidor va a ser el mejor argumento de marketing para casi todos los alimentos.
Para conocer un poco más a José Carlos Arnal y los miembros de APTE, ¿puede describir brevemente su trayectoria personal y profesional?
Soy zaragozano de nacimiento y periodista de formación; y trabajé muchos años en medios regionales en el campo de la información económica y financiera. Fue en esa labor cuando empecé a interesarme en los años noventa por el fenómeno de Internet y de las TIC, lo que me llevaría después a trabajar como asesor técnico del alcalde de Zaragoza –en la etapa de Juan Alberto Belloch-, ocupándome sobre todo de promover proyectos de innovación y de emprendimiento. Posteriormente dirigí la Fundación Zaragoza Ciudad del Conocimiento desde donde impulsé proyectos como el Centro de Arte y Tecnología Etopia. A mediados de 2016 me incorporé al Parque Científico Tecnológico Aula Dei.
- Fotografía realizada por Esther Abellán