Abiopep, empresa ubicada en el Parque Científico de Murcia, logra que la Comisión Europea apruebe su ‘vacuna’ para el tomate
23/02/2022Parque Científico de Murcia
Se ha convertido en la primera pyme española que obtiene el registro por parte de institución comunitaria como producto fitosanitario de bajo riesgo por su solución AbioProtect®
La empresa murciana Abiopep, ubicada en el Parque Científico de Murcia, gestionado por el INFO, ha logrado que la Comisión Europea apruebe su ‘vacuna’ para proteger al tomate frente al virus del mosaico del pepino dulce (PepMV, por sus siglas en inglés), reconociendo además la vacuna como sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
Se trata de una solución biotecnológica natural que puede evitar importantes daños y, por tanto, pérdidas económicas millonarias en un producto con fuerte peso en las exportaciones agroalimentarias regionales.
De esta forma, se ha convertido en la primera pyme española que ha conseguido que la institución comunitaria apruebe e inscriba su solución, denominada AbioProtect®, como producto fitosanitario de bajo riesgo.
Yolanda Hernando Saiz, directora gerente de Abiopep, destacó que “supone reconocimiento en el sector a años de esfuerzo y trabajo científico de muchísima calidad” y añadió “lo que pone de manifiesto la capacidad que tiene el conocimiento generado en España y, más en concreto en Murcia, con una buena base de desarrollo e innovación, para llegar al mercado y ofrecer soluciones de altísima calidad y con tecnología nacional”.
Abiopep pone la biotecnología al servicio de la innovación agraria y contribuye a impulsar un modelo de producción de frutas y hortalizas respetuoso con el medio natural, en el marco de la economía circular.
Su producto AbioProtect® es una ‘vacuna’ contra el virus del mosaico del pepino dulce (PepMV) que afecta al tomate, uno de los principales productos hortofrutícolas que se producen en la Región y en el sureste español, además de en Canarias.
“Esta solución garantiza protección de amplio espectro y con asilados nativos, lo que consigue retrotraer la evolución de la epidemia al momento en la que no era relevante en términos económicos”, afirma Yolanda Hernando.
En cuanto al elemento diferenciador con respecto a otras del mercado destaca que “contribuye a proteger y desarrollar productos más naturales, sostenibles y respetuosos con el medio ambiente, pues no deja residuos”.
El registro de la Comisión Europea permitirá a la empresa murciana iniciar un proceso de internacionalización que la empresa basa en “el crecimiento sostenido y continuo que nos permita afianzarnos como empresa de referencia en sanidad vegetal”.
Largo proceso
Abiopep inició la tramitación para obtener el registro hace seis años, dos de preparación y otros cuatro para que la autoridad europea de seguridad alimentaria lo evaluase. “Se trata de un proceso largo y costoso, pues ha supuesto un esfuerzo titánico y una inversión cercana a los 500.000 euros, aunque el resultado también ha sido muy satisfactorio, pues reconoce a nuestro producto un elemento de respaldo y diferenciación con respecto a otros”, señala.
Spin-off procedente del CEBAS
Abiopep se constituye en julio 2013, aunque el trabajo de investigación que dio lugar a la empresa empezó en 2001 por una enfermedad emergente de un virus en los tomates en la zona de Mazarrón. El investigador director del grupo de patología vegetal del CEBAS, y socio fundador de Abiopep, Miguel Aranda, empezó ya a estudiar el virus que, a partir del 2008, agravó su incidencia y las pérdidas económicas que generadas.
“La solución lograda es como una vacuna, dado que cuando se tratan las plantas jóvenes se evita que entren aislados agresivos del virus, es decir, protege a las plantas. Además, garantiza protección de amplio espectro, es eficaz, natural, y específica”, remarcan.
Paralelamente, la empresa ha desarrollado a lo largo de su trayectoria otro tipo de soluciones a las enfermedades para luchar contra virus emergentes de productos como la lechuga, el melón, el pepino o el tomate.
Dispone de herramientas de diagnóstico propias para la detección de virus en hortalizas basadas en pruebas PCR que permiten identifican el virus, han desarrollado un anticuerpo específico frente a otro virus emergente conocido como el virus del rugoso. Una vez que saben cuál es el problema, abordan la búsqueda de soluciones, a través de varias vías: incluidas estrategias de protección cruzada, como puede ser la vacuna; o el desarrollo de otros agentes que, mediante la bioestimulación o el biocontrol permitan superar la enfermedad. También trabajan en la identificación de genes para el desarrollo de nuevas variedades, más resistentes a los virus.
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